Las Bolsas de Transporte de Carga permiten la interacción entre los generadores de carga y los prestadores de los servicios con el propósito de contar con canales de comunicación y flujo de información con miras a optimizar los procesos logísticos que redundan en una mayor competitividad
La baja capacidad financiera de la gran mayoría de empresarios que participan en la operación del transporte automotor de carga (TAC) demandan desarrollar y modernizar la prestación de servicios financieros que permitan un más fácil ingreso al mercado de crédito y ahorro en el desarrollo del sect
ERP (Enterprise Resource Planning) corresponde a la denominación de los sistemas de gestión de los procesos y operaciones de las empresas
En el Ecuador, el 49 % de la energía que se consume en territorio está vinculada al uso de combustibles líquidos en el sector del transporte. Por consiguiente, el transporte, además de ser el mayor consumidor de energía es también el sector que más genera y emite gases de efecto invernadero.
Próximamente se dará inicio a la implementación del piloto del Tool Kit D·TAC en el marco del programa DIGITAC-HUB, en el que se probará la herramienta con un amplio grupo de transportistas voluntarios en los países que forman parte del Bien Público Regional.
La informalidad en el sector del transporte de carga es un desafío persistente en Latinoamérica que afecta a las economías de las naciones y la Región en su conjunto.
Tradicionalmente, el sector TAC en ALC ha visto condicionado su desarrollo por prácticas gremiales que han favorecido la informalidad fiscal y la atomización de los operadores, generando un círculo vicioso que afecta la competitividad de los países.
La informalidad se manifiesta a través de la operación de transportistas que no cumplen con los requisitos legales y fiscales establecidos en sus naciones de origen, evadiendo impuestos y normativas aplicables a la conducción segura de sus vehículos.
La atomización de las empresas de transporte de carga es una característica común en Latinoamérica. Se estima que más del 90% de las empresas que operan en el sector son pequeñas con flotas entre 1 a 5 vehículos, bajo la figura del “hombre-camión”, en contraste con la presencia de unas pocas grandes empresas dominantes de los mercados formales.
La falta de regulación clara y efectiva en muchos de los países para controlar la formalidad en el transporte de carga ha incidido en la amplia participación del sector informal, que no cumplen con los requisitos legales y fiscales.
Ello ha degenerado en la competencia desleal para las empresas formales, con precios más bajos que no cubren los costos reales de los servicios, al evadir los impuestos y no pagar salarios justos a sus trabajadores, al tiempo de no contar con controles de calidad y seguridad de sus servicios.