La inseguridad en las carreteras es un desafío significativo para la industria del transporte terrestre de carga, que impacta negativamente en su confiabilidad y en las condiciones laborales de los conductores, principal pilar en la operación de este modo de transporte. 

La inseguridad no refiere únicamente a la seguridad física del conductor, sino además a las condiciones de seguridad vial que apoyen a los conductores en el desempeño de sus funciones. 

A modo de contrarrestar esta problemática de la inseguridad en las vías, se han desarrollado distintas tecnologías en el mercado que en han tenido impactos positivos no sólo en las empresas transportistas, sino además también en el resguardo de los conductores. 

En el caso particular del género femenino, al realizar distintas consultas con las conductoras han determinado que entre las soluciones que más confianza le generan, está la instalación de cámaras en el interior y exterior de los vehículos.    

Este equipamiento a bordo de los vehículos es cada vez más frecuente y algunas unidades inclusive ya traen la posibilidad de incorporarlo de fábrica.

El apoyo al conductor es relevante, permitiéndole disponer de un mayor campo de visión en la conducción, detectar posibles peligros, maniobras imprudentes o señales de fatiga del conductor (a), e incluso accionar de forma automática comandos del vehículo como frenado o bloqueo del vehículo en caso de robos. 

Además, las cámaras a bordo permiten tener monitoreo constante de la carga y detectar posibles acciones de vandalismo o intimidar a los delincuentes al ser identificados en las grabaciones o registro en los centros de control. 

Adicionalmente, son una herramienta de mucha utilidad ante los seguros para resolver casos de siniestralidad, otorgando facilidades a los empresarios en demostrar las condiciones en que ocurrieron los hechos. 

No obstante, el acceso a esta tecnología puede ser costoso y depende además de contar con infraestructura de apoyo adecuada para sacar el mayor provecho de sus beneficios. 

Al respecto, es necesario contar con facilidades de financiamiento y soluciones de menor costo que se adapten a las necesidades de las demandas del sector, así como participación del sector público para poder vincular estas tecnologías con los centros de atención de seguridad ciudadana y poder dar respuesta efectiva ante los incidentes que se presenten.