El control operativo de la flota es uno de los principales objetivos de una empresa transportista de carga, ya que le permite mejorar su rentabilidad, a la vez que asegura una mejor prestación de servicio a sus clientes.
La utilización de tecnologías IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas) está siendo cada vez más utilizado para gestionar grandes cantidades de datos relativos a los gastos, distancias, rutas y tiempos de recorrido de las flotas de transporte.
La introducción de precintos electrónicos por parte de las autoridades aduanales se ha extendido progresivamente a la mayor parte de la región y, previsiblemente, su utilización se ampliará a los movimientos interiores de carga, dadas las ventajas de seguridad que ofrece.
Benín es un país africano situado en las costas del Golfo de Guinea. Por su particular posición geográfica, el puerto de Cotonou es el principal punto de entrada de las mercancías importadas por varios países interiores como Burkina Faso, Mali y Niger.
La seguridad de los conductores y la carga es una preocupación transversal a todo el Sector TAC en América Latina y el Caribe. Al respecto, si bien las condiciones de seguridad varían entre los diferentes países de la región y se intensifican o se mitigan en determinadas épocas, el riesgo asociado permanece sin que los gobiernos y los diversos actores públicos y privados involucrados hayan conseguido solventar esta problemática de forma definitiva.
La mayor parte de las veces el objetivo de la delincuencia organizada u ocasional es la carga transportada, a la que acceden normalmente gracias a información previa, produciéndose asaltos habituales en las vías de mayor tráfico. Muchas veces, sin que la mercancía o el vehículo sean recuperados, lo que incrementa la sensación de riesgo entre los conductores.
Las condiciones de inseguridad en las carreteras generan graves problemas de indefensión en los conductores de la flota de transporte de carga, que en numerosas ocasiones son sometidos a secuestros, vejaciones e, incluso, pueden perder sus pertenencias y su propia vida y en situaciones recurrentes de alto riesgo.
Los conductores de transporte automotor de carga no suelen contar en estos recorridos con mayor ayuda que la de sus propios sistemas de comunicaciones personales. La reacción de la autoridades suele ser lenta, y habitualmente se ven forzados a transitar por zonas de riesgo al no contar con espacios protegidos para poder esperar.
Adicionalmente a los riesgos habituales en los recorridos urbanos e interurbanos, las nuevas tecnologías añaden nuevos retos de ciberseguridad y protección de datos que deben ser atendidos de forma complementaria. En numerosas ocasiones, los riesgos informáticos son el origen de los asaltos programados de los delincuentes a la flota de carga.